Guardapolvo para pedales

Un buen amigo mío me pidió que cambiara el eje del pédalier de su bicicleta, tenía uno de esos antiguos que vienen con billas a ambos lados y me pidió cambiarlo por aquellos que vienen con rodajes sellados.

Pero ese no es el tema que nos ocupa, cuando saqué las bielas para proceder con el cambio de eje, me dí cuenta que ninguno de sus pedales contaba con la tapa que debería estar evitando el ingreso de tierra y polvo a las billas.

Busqué entre mis cosas y no pude hallar ninguna con la cual reemplazarlas, por lo que hube de aguzar el cerebro e inventar alguna manera práctica de reemplazar esas partes faltantes.





Ésto es lo que hice, primero desmonté el pedal y lo desarmé completamente, procedí a limpiar todos sus componentes, incluyendo  las tazas en las que corren las billas.








¡Ya había concebido una idea!
Procedí a tomar la medida del diámetro externo de la pista del rodaje (la línea amarilla en la imágen), esto lo hice con la intención de fabricar una tapa plástica que habría de colocar encima del cono regulador de tensión de las billas de  rodamiento y antes de la arandela que se coloca previo a la tuerca de ajuste final, de modo tal que pudiera dar un cierto nivel de protección al rodaje (billas) que encontré "lubricado" con un poco de grasa y una gran cantidad de tierra.







Cogí mi calibrador o "Pié de Rey" y tomé la medida exacta para continuar luego con la confección de la tapa que habría de servir como guardapolvo y protección para las billas.






Ya habiendo determinado (en el paso anterior) que el diámetro de la tapa debía ser de 21.25 mm, procedí a buscar el material del que la fabricaría; al final me decidí por reciclar. Tomé un envase plástico en el que había venido la mermelada que compramos en un supermercado, cogí un compás y tracé en su base, el círculo que debía cortar, para luego realizar un calado burdo con una pequeña navaja.
La idea era extraer la pieza para poder darle un prolijo acabado, de modo tal que su ajuste fuera lo más exacto posible.



Obtuve una pieza bastante irregular, la misma en la que posteriormente, con unas pequeñas tijeras de puntas curvas, empecé a aproximarla a las medidas necesarias. 
Una vez que concluí el corte, hice lo mismo con la parte central de la pieza (lugar por donde debía pasar el eje del pedal) para luego, con un papel de lija de número (grado) 150 finalizar con el acabado y ajuste de la parte exterior de la arandela y con unos "limatones" (limas de matricero o limas pequeñas) a la parte interna del componente.



Terminé con la etapa de acabado y  "presenté", la pieza tanto en el pedal, como en su eje.
En el pedal quedó un poco ajustada y preferí dejarla así para que el propio desgaste acabe de llevarla a la medida precisa. En cuanto al eje, quedó exacta, tal y como debía ser.




Luego procedí con el ensamblado del pedal, coloqué grasa en las pistas, luego las billas del rodamiento e introduje el eje desde la parte posterior del pedal hasta la anterior; en este momento ajusté el cono de calibración (la pista interna de las billas) hasta un punto en el que no hubiese juego axial pero que, a su vez, permitiera girar el pedal en el eje de una manera suave y sin trabas.




Después del paso anterior concluí por colocar el guardapolvo que fabriqué a partir del envase de mermelada, luego la arandela de metal y posteriormente la tuerca de ajuste (se aprecian en la imagen anterior).
Apreté firmemente la tuerca y noté que el pedal tenía cierta dureza al girar; era de esperarse, es la pieza plástica que aun se debe asentar en el casco del pedal para así llegar al 100% de precisión en el ajuste.
Luego repetí todo el procedimiento para el pedal del otro lado.


Recicla, el planeta lo necesita.


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